Eduardo Beltrán García de Leaniz / Almazán
Siempre existen momentos para meditar, momentos para compartir, momentos para comenzar, momentos para continuar, momentos para dudar, ... el tiempo inexorable no se detiene, siendo el germen perfecto para la melancolía.
La creatividad siempre llega pese al dolor, y aunque los perfeccionistas estamos llamados a la extinción, pues ya no somos útiles, ni prácticos, seguimos intentándolo a pesar del triunfo del mal gusto y lo grosero. Por eso tratamos de tirar ciertas cosas que pueden lastrar nuestras vidas y mostrarnos más perseverantes en la consecución de nuestras ideas y anhelos más profundos.
Metafóricamente hablando, ultimamente me siento como Atlas, soportando todo el peso del globo esférico entre mis hombros, intentando alejarme de pensamientos arbitrarios para poder estimular mi concentración mental, y plasmarla en la consecución de mi propio mundo interior mucho más elaborado, proyectándolo así a mis pinturas. Que te hagan pensar y soñar.