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miércoles, 23 de noviembre de 2011

El dramático y cromático romanticismo. Delacroix (1798-1863)

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Si  hay algo que quisiera destacar de esta exposición del gran artista francés Eugene Delacroix que se está mostranto en Caixaforum de Madrid,  es el punto dramático y exótico que envuelve su obras, expresando una gran intensidad emocional, que junto al profundo colorido de sus pinceladas evocan las percepciones propias de un pintor romántico tocado de plano por la sensibilidad imperante en la primera mitad del siglo XIX.

Poner de relieve también, la sensación de movimiento y vitalidad que transmiten sus obras, creando una atmósfera que nos traslada a escenarios históricos de la época. Delacroix iba contra las normas establecidas por el neoclasicismo vigente en ese momento, intentando una renovación de la pintura a través de una gran libertad expresiva. Sus grandes composiciones de tema histórico son una buena prueba de ello.

La exposición reúne una buena muestra de su obra, desde cuadros de gran formato hasta acuarelas, grabados, litografías y dibujos, haciendo un recorrido por las diferentes etapas de su creación desde sus inicios hasta su periodo de madurez. Se echan en falta alguna de sus grandes creaciones, como "La libertad guiando al pueblo", "La matanza de Quíos" o "La muerte de Sardanápalo". En general, es una magnífica exposición para uno de los grandes pintores románticos del primer tercio del siglo XIX.

Delacroix era un gran admirador del poeta inglés Lord Byron, cuyas ideas calaron pronto en el pintor. De aquí surgirán sus grandes obras inspiradas en el drama de Grecia. En la exposición podemos contemplar la maravillosa pintura de "Grecia expirando sobre las ruinas de Missolonghi", un cuadro alegórico sobre Grecia, en el que se puede apreciar la gran belleza de Grecia simbolizada en una mujer luchando contra el poder otomano.

Asimismo, podemos contemplar un estudio para la "Masacre de Quíos", en el cual ya se pueden observar los rasgos característicos que compondrán la gran obra posterior del pintor, al igual que el estudio de   "Retrato de mujer vieja" que aparecerá en el cuadro. Gran óleo que no hay que perderse cuando se visite el Louvre.

En esta presentación se puede admirar también, el boceto al óleo de "La muerte de Sardanápalo", procedente del Museo del Louvre. Decir que Delacroix realizo varios estudios parciales antes de pintar esa gran obra que se exhibe en el Louvre. Recomiendo encarecidamente que cuando se visite este museo parisino nos detengamos a contemplar el magnífico despliegue escenográfico de "La muerte de Sardanápalo", donde el color y el dramatismo adquieren tintes sublimes.

En su viaje al Norte de África en 1832 descubre la luz y el color de estos paisajes, así como la sensualidad de sus gentes, todo lo cual quedará patente en las numerosas obras que el artista realizó bajo la influencia e inspiración  de estas tierras. Sensacional el cuadro "Mujeres de Argel en sus habitaciones", donde los colores rojos y verdes ocupan un lugar protagonista, logrando captar el ambiente que se respiraba en esos harenes musulmanes gracias a que a su llegada a Argel consiguió entrar de forma secreta en uno de ellos. Señalar igualmente "La boda judía en Marruecos" y "El caíd, jefe marroquí".

Delacroix fue un gran pintor de animales, sobre todo de caballos, de los cuales hay una buena muestra en esta exposición, consiguiendo plasmar toda la belleza y nerviosismo propios de estos magníficos cuadrúpedos. Espléndido el esbozo "La caza de los leones" del Musée D'Orsay.

Escena estremecedora la de "El naufragio de Don Juan", en la que la desesperación de los supervivientes  es patente, echándose a suerte quién será la victima que dará de comer a sus compañeros.

En cuanto a retratos, hay que detenerse en el "Retrato de Loius-Auguste Schwiter", de la National Gallery de Londres, un retrato realmente exquisito, en el que el pintor logró detener el paso del tiempo en la expresión del retratado. Magnífico. Además está  "Autorretrato con chaleco verde",  excelente interpretación del temperamento indomable del autor.

En definitiva, una gran retrospectiva de un pintor, del que muchas de sus obras se han convertido en referentes de nuestra cultura europea y universal, y que tenemos la oportunidad de ver en esta extraordinaria exposición, la más completa de Delacroix desde la organizada en el Museo del Louvre en 1963.

Terminaré con unas palabras que escribió Delacroix en respuesta a Baudelaire: "Me tratáis como solamente se trata a los grandes muertos".




Francesillas
Óleo sobre lienzo
1986

domingo, 6 de noviembre de 2011

A esos seres mágicos, extraordinarios, llamados gatos

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

Contradiciendo en cierta manera a Fernando Sánchez Dragó (gatófilo reconocido) cuando en su espléndido libro Soseki. Inmortal y tigre, afirma que los gatos tienen que tener un nombre para poder ir al cielo de los gatos, yo estimo y afirmo que cualquier gato con su sola presencia está ya en el paraiso sin necesidad de nominaciones humanas. Otra cosa muy diferente es querer reconocer a nuestro minino con un nombre apropiado a su carácter y su fisonomía.

Su inteligencia, lealtad, fidelidad, elegancia y saber estar hacen de ellos compañeros inseparables en nuestro devenir errante por este mundo en el que nos ha tocado vivir. Ellos hacen que nuestra calidad de vida mejore considerablemente, que las energías negativas que nos envuelven desaparezcan, canalizándolas en energías positivas. Tienen el poder de limpiar el ambiente de las casas donde viven de esa negatividad que nosotros creamos constantemente, y así evitan muchas veces que enfermemos y caigamos en depresiones. Se les puede considerar sanadores anónimos y altruistas que no permiten que las personas que les cuidan sean presas de influencias desfavorables que nosotros no percibimos a simple vista, pero que están ahí.

Sí, no estoy exagerando, muchas personas que tienen gatos lo saben perfectamente, sobre todo aquellas que tienen una buena interrelación con ellos. Personas que los entienden, que aceptan su peculiar forma de comportamiento, su noble independencia, su aristocrática distinción; porque los gatos no son como los demás animales llamados de compañía, ellos son especiales, seres maravillosos que nos hacen reír y a veces con su silencio y discreción nos están transmitiendo esa tranquilidad y sosiego que todos necesitamos. Hay que saber entender sus silencios. Ellos saben que los queremos, y a cambio nos ofrecen su protección más conmovedora. 

No son egoístas, aunque a veces lo parecen sin querer. Nos dan su amor más incondicional. Sólo quieren que les dediquemos parte de nuestro tiempo, porque ellos nos consideran sus fieles amigos en esta vida que tenemos que recorrer juntos. Son inseparables. Nos cuidan, nos protegen, nos dan alegrías, nos muestran su solidaridad en los malos momentos, no se separan de ti cuando te encuentras mal, te ayudan con una mirada a seguir adelante. Son la mejor terapia contra los reveses que a veces te da la vida. Acariciar a un gato tiene la virtud de conseguir cambiar estados de ánimo depresivos o degenerativos en otros más placenteros. Y esto lo saben bien muchos cuidadores de enfermos de alzheimer.

Tienen la virtud de intuir peligros cercanos. Su exquisita sensibilidad nos avisa de que algo no va bien y 
tomemos precauciones. Limpian el ambiente de la casa de elementos no deseados, incluso cuando están dormidos. A veces se tumban en lugares que nosotros encontramos extraños para ellos, pero lo que están haciendo es "limpiar" ese entorno que ellos entienden no esta seguro. Siempre están protegiéndonos desde el anonimato, sin que nosotros podamos percibirlo. Cuántas veces los reñimos por no entender esos comportamientos.

Es realmente una delicia ver jugar a un gato, esos movimientos alocados e impulsivos, pero siempre con esa elegancia innata que sólo ellos poseen, hacen que desaparezca toda tristeza y se dibuje una sonrisa enorme en las personas que los contemplan.

Es una pena que haya tantas personas que no den la importancia y atención que merecen  estos maravillosos animales, y que incluso los miren de forma despectiva por falta de conocimiento e ignorancia. Se están perdiendo la experiencia única e increíble de estar cerca de un auténtico tigre, que les dará grandes satisfacciones en un mundo en que éstas escasean. El acercamiento a un gato es una señal de suerte y alegría en nuestras vidas. Y por supuestos, los gatos negros, considerados los más inteligentes, siempre vienen acompañados de buenos auspicios y venturas.  No nos quedemos sin comprobarlo, quitemos nuestros miedos y estereotipos del pasado oscuro y hagamos de nuestro amigo el gato un compañero inseparable. La recompensa está asegurada.

Y las personas que ya comparten su vida con ellos, que les dediquen tiempo, que entiendan sus rarezas, porque al igual que las personas, cada gato es distinto y tiene sus peculiares formas de comportamiento, que intenten comprenderlos y perdonarlos en sus escasas travesuras, porque al final siempre nos sacaran nuestra mejor sonrisa. La comprensión es la mejor manera de tener su lealtad incondicional.




BOIRA
"Ella siempre está cuando la necesito"