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miércoles, 28 de marzo de 2018

La "maravillosa" sanidad española

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Madrid


No hay día que pase sin darme cuenta de que la realidad siempre supera y superará a la ficción en cualquier momento de nuestras vidas, sin el más atisbo de duda.

El que uno llegue a un hospital a las siete y media de la mañana, después de levantarte a las seis, coja los numeritos oportunos para análisis, enfermera y médico, te hagan el análisis a las ocho y cinco (en una hora y media como máximo están ya los resultados), y tengas que esperar cerca de siete horas para que te reciba un médico, es algo realmente escandaloso, vergonzoso y sin ninguna tipo de conciencia ni pudor, y que además no tiene explicación alguna. Muchas de las personas que allí vamos estamos en situación límite, con una salud resquebrajada por la quimioterapia, sin apenas defensas, sometidos a cualquier infección oportunista en un lugar horrible como ese,  y ademas llenos de dolores y miedos.

Ya que estamos en época de cruces, y sin el más mínimo ánimo de ofender a nadie,  permítanme la licencia de decir que ya sólo les falta crucificarnos.

Y sin embargo tenemos que aguantar. Pasar toda la mañana metidos en una sala atestada de personas desoladas hasta que nos reciba un médico, y que con suerte te puedan dar la quimioterapia ese día (que en mi caso es apenas de media hora), y vuelvas a casa a las tres de la tarde como muy pronto, o sea, estar esperando siete u ocho horas para recibir media hora de quimioterapia. Injustificable.

Después de estar horas y horas esperando sentados en una especie de bancos-sillas propios para jamelgos, no para personas, que después de estar sentado media hora se te quedan las posaderas cuadriculadas. Pero lo que más me duele es ver a esas ancianitas con cáncer sufriendo de las incomodidades y de la indolencia vergonzosa de tener que esperar durante tantas horas a ser llamadas por un médico. Esos momentos de incertidumbre, de pánico apenas disimulado, de atroz sufrimiento interior, visible en sus caritas angelicales las hace ser mis heroínas. Realmente las admiro.

Es injusto. Nuestra sanidad esta totalmente derrotada, la deshumanización brilla por su ausencia, somos auténticos objetos de experimentación, ni siquiera se nos reconoce nuestro derecho a expresar nuestro malestar por esas largas esperas sin sentido, nos quieren arrebatar hasta la dignidad. Las personas que trabajan en un hospital deberían ser ejemplo de humanidad, de paciencia, de concordia, de comprensión, de saber ayudar cuando las necesitas, de profesionalidad, de simpatía, ... y no seguir un camino tan terriblemente equivocado.

Me indigna esta situación, y por eso me rebelo, me da vergüenza pertenecer a una sociedad en la que las personas no somos nada, ni significamos nada. Y aunque nos aniquilan a impuestos y nos esquilman nuestras nóminas esto no se traduce en mejoras sanitarias, tan necesarias.  Esta claro que algo tiene que cambiar, pues de seguir así llegaremos a ser meros protagonistas de una muerte anunciada a todos los niveles.



Óleo sobre tabla 
Cuadríptico


8 comentarios:

  1. Lo sé, yo voy con mi madre de vez en cuando a que la pinchen los ojos, suelen ser todas personas muy mayores y hems llegado a estar 6 horas teniendo cita previa....luego les pones una reclamación y te dan las gracias...Pero más que culpa del personal sanitario es lo que se ahorra el gobierno en no contratar a todos los que realmente hacen falta...al final sanidad y educación, que es de donde menos se deberia ahorrar, somos los que pagamos el plato roto de todo ese dinero que desaparece por los bolsillos de la gente que nos maneja. Y eso repercute en todos los demas...sip, mucha falta de empatía y mucha pérdida de valores. Ánimo, que tú puedes con todo.

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  2. Siento mucho todo lo que te está pasando. Además, cuando se vive personalmente, es cuando realmente vemos lo mal que va todo y lo duro que es pasar por el trance. Ya te comente que ahora en la familia estamos pasando por circunstancias similares y todo lo que dices es así tal cual!! Así se siente uno y así son hoy día algunas salas de algunos hospitales del país,


    Por darte ánimos, y ya sé que " mal de muchos, consuelo ...", pero a veces, ante situaciones límite, siempre, con la nostalgia que nos da la edad jjj , pienso, como decía mi madre, que "siempre puede ser peor" (desde luego, la generación de la postguerra siempre tan resignada con lo que les viniera en suerte en la vida). Recuerdo que siempre comparaba situaciones y añadía que había mucha gente en peores condiciones que nosotros.

    La atención... eso es otro cantar. La amabilidad y el cariño deberían de ser habilidades del personal sanitario tan importantes de poseer como sus habilidades médicas. Y eso cuesta muy poco...

    Espero Eduardo que mejores pronto.
    Deseo que pases una buena Semana Santa, salgas, desconectes y recargues pilas para tirar p´alante.
    Abrazossss
    NM

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  3. Me gusta tu visión de la realidad sobre la sanidad española y la deshumanización que nos acelera el desastre global. Estoy de acuerdo contigo porque lo presencio a diario.
    Cuídate mucho, me encanta tu pintura.
    Charo

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  4. Hola Eduardo. Siento que tengas que pasar por ese suplicio cada vez que vas al hospital.
    Un beso.
    Paloma

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  5. En sí, la vida es un desastre, una enfermedad, de la que siempre podemos hacer una aventura singular.
    Pablo

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  6. Madre mía que horror. Es una vergüenza lo que están haciendo con la sanidad pública. Bueno, realmente es una vergüenza lo que se está haciendo de este mundo, un mundo donde se rima la individualidad y el dinero. Y nada más.
    Un abrazo.
    Luis

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  7. He cambiado a mi madre de un hospital a otro recientemente, los dos públicos, los dos en Madrid capital, y nada que ver. Los medios económicos pueden ser escasos, seguro que sí, pero la bondad, la empatía y la voluntad de servicio al prójimo es algo que se lleva dentro, se tiene o no se tiene, y sobre todo no se excusa. Ánimo Eduardo! Un beso
    Montse

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  8. Hola, soy Cristina , dueña de Mia, yo de las pocas veces que he ido al hospital y de las muchas que tengo que ir a especialistas para mi son todos fantásticos profesionales, excepto alguna vez que te encuentras con el garbanzo negro pero que nunca estropeo el cocido.

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