Una exposición magnífica la organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, dedicada a obras maestras de dos grandes museos de Budapest: el Museo de Bellas Artes y la Galería Nacional de Hungría. Y como dice el propio museo, una exposición que llega en un momento idóneo para celebrar el 25 aniversario de la creación del Museo Thyssen en Madrid, reivindicando además los orígenes húngaros del apellido Thyssen-Bornemisza.
Recorriendo las salas de la exposición he reconocido alguna obra que ya había contemplado in situ cuando viajé a Budapest hace un tiempo y visité sus museos. Con lo cual, la exposición ha tenido un doble significado para mi, por un lado recordar el inolvidable viaje que hice a la capital magiar y al mismo tiempo tener la oportunidad de contemplar estas obras maestras en dos diferentes espacios museísticos.
La selección de obras es excelente, contando con una gran representación de pintura española, entre las que destacaría La Magdalena penitente de El Greco, El Almuerzo de Velázquez o La aguadora y El afilador de Goya.
Observando el dibujo Estudios de patas de caballo de Leonardo da Vinci me quedé fascinado, como asimismo apreciando la bellísima pintura de Bellotto El Arno en Florencia. Y mi ya natural predilección por la pintura holandesa me llevó a permanecer largo rato mirando El invierno, La primavera, El verano y El otoño de Jacob Grimmer.
Contemplar Salomé con la cabeza de San Juan Bautista de Cranach el Viejo me trajo también bonitos recuerdos de otro museo europeo, el Sternberg Palace de Praga, que visité el verano pasado, y en el que se estaba exhibiendo "Cranach from all sides", una gran exposición sobre este pintor alemán.
En cuanto al arte húngaro del siglo XIX, ya cuando visité la Galería Nacional de Hungría se me quedó inmortalizada en la retina la pintura de János Vaszary La Edad de Oro, presente en esta exposición, y que me trajo una nostálgica evocación. Inolvidable El bizcocho de semillas de amapola de Adolf Fényes.
Una oportunidad única, de asistencia inexcusable, para visitar el Museo Thyssen y poder contemplar noventa obras maestras de los museos de Budapest.