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martes, 27 de agosto de 2013

"Almazán en el tiempo", mi última exposición

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Madrid

El pasado domingo día 18 de agosto clausuré mi exposición "Almazán en el tiempo". Han sido diez días intensos, que han supuesto un reencuentro con emociones y esencias ya olvidadas, un espacio ignorado durante mucho años y que ahora ha vuelto a cobrar vida con una fuerza inusitada. Vidas que retornan.

Esta exposición ha sido un autentico reto, pues desde que decidí el pasado mes de enero volver a coger los pinceles, la pintura se convirtió en una verdadera obsesión día y noche, intentando plasmar en las telas las ideas que fluían en mi mente. Almazán se convirtió en el modelo cortejado. Los primeros esbozos, los dibujos más cuidados después,  las primeras pinceladas de color, los lienzos casi acabados, han sido mis fieles compañeros durante estos últimos meses.

En un principio tenía proyectadas 35 obras para esta exposición. Al final se quedaron en 27, que completé con cuatro cuadros más que ya tenía pintados. Cinco cuadros, algunos emblemáticos de Almazán, se han quedado a medias, y están esperando a ser terminados en estos días. Entre ellos el Jesús Nazareno de Ebelgarle.

Mi pintura autodidacta se caracteriza por utilizar colores puros, de calidad,  intensos, muy raras veces mezclo los colores, por no decir nunca, me gusta imprimir a mis cuadros de limpieza y sencillez. Los pinceles, finos, finísimos, apenas un imperceptible haz de pelos. Otra particularidad es que nunca termino completamente mis cuadros.

La gran acogida y afluencia de público y critica ha supuesto un acicate importante de motivación, siendo además un encuentro agradable con viejos conocidos y amigos con los que intercambiar impresiones y vivencias. Volver a tus raíces siempre es una decisión acertada. La sala de exposiciones se convirtió en una especie de torre de Babel, donde el arte era el instrumento y el idioma común para la comunicación entre los visitantes, mientras se escuchaba de fondo a Mozart o a Bach.

Por lo que respecta a la sala,  San Vicente es un marco excepcional para acoger una exposición de pintura. Del siglo XII conserva su magnífico ábside decorado a base de arquillos bajo los cuales descansaban mis pinturas, que se extendían enteladas y en caballetes por ambos lados hasta llegar al fondo de la nave.

Para terminar, expresar mis más profundo agradecimiento a Nieves de la Oficina de Turismo, y a Delfín y José Ángel del Ayuntamiento de Almazán, por su ayuda y predisposición. Gracias también a todos aquellos que han creído en este proyecto, especialmente a Juan Diego.























sábado, 10 de agosto de 2013

Por fin, una nueva exposición

Eduardo Beltrán y García de Leániz / Almazán

Hace ya años que no realizaba una exposición de pintura. La última fue en Madrid en 1998. Casi una eternidad. La idea de volver a pintar surgió inesperadamente hace unos meses, y que mejor tema y lugar que elegir a Almazán, la villa que me vio nacer y donde hice la primera exposición allá por el año 1977.


Han sido unos meses duros, llenos de momentos álgidos y otros más amargos. Sentimientos encontrados. Muchas, muchas horas dedicadas a estos lienzos, y muchas horas sin dormir. Pero, al final he llegado.

Dos días intensos montando la exposición, intentando dar un toque diferente al tratarse de un lugar tan especial.

Y ahora, encontrarme aquí, junto a mi obra, inmerso entre los muros de esta magnífica iglesia románica del siglo XII, que emana energía a raudales, es como flotar en un sueño. Un sueño real.

Dos días ya de mi exposición.



Un anticipo de la exposición