Siempre que empiezo a pintar un nuevo cuadro se van abriendo momentos varios que adquieren su propia autonomía en la ejecución de la propia obra. Todas esas fases tienen una gran importancia hasta el acabado final, cumpliendo fielmente su misión de impronta.
Ya desde el esbozo a lapicero o carbón, pasando por los lavados de color, hasta el comienzo de dar las primeras pinceladas de pigmentos puros, empiezan a surgir las primeras tensiones por saber cómo quiero orientar realmente la ejecución de la obra, ya que tengo la magnífica manía de cambiar sobre la marcha la idea inicial, lo cual siempre me crea conflicto. La verdad, me encanta crear dificultades.
Lo más difícil ya se ha superado, ponerse en marcha, y empezar a tener una idea más o menos clara de cómo quiero pintar ese cuadro. Los problemas surgen después, en los días o semanas sucesivas, cuando voy viendo resultados y empiezo de nuevo a hacer cambios en lo preestablecido. No tengo remedio. No consigo que me guste este o aquél color en una determinada parte del cuadro, las líneas dispuestas para un objeto concreto no me convencen demasiado, o sea, vuelve el conflicto.
Cuando finalmente consigo ver unos resultados satisfactorios, me doy cuenta de que me gustaría seguir pintando e insistiendo en determinadas áreas, introducir nuevos enfoques, cambiar algún contenido, ... con lo que la obra podría eternizarse si no es porque decido decir basta en un momento determinado, y darla por finalizada. No sin grandes protestas y resistencias interiores, pues según mi criterio podría seguir trabajando sobre el mismo cuadro mucho más tiempo.
Es curioso, siempre que me preguntan en exposiciones sobre la ejecución de mis pinturas, y les comento que ninguna está totalmente terminada, esas personas se quedan boquiabiertas, pues, a simple vista todas mis obras están completamente concluidas. Por si acaso, el acabado final, el barnizado, lo demoro varios meses.
Ha sido un placer haber compartido en esta entrada algunos detalles sobre mi proceso creativo.
Gracias por compartir un poco con nosotros cómo realizas tus obras. Me ha sorprendido mucho el saber que muchas de las obras que expones no están todavía totalmente terminadas, porque, como bien has dicho, a simple vista no parece así, ya que todos tus cuadros tienen tantos pequeños detalles, que parece mentira que todavía haya algo más que añadir.
ResponderEliminarPor cierto, ¡¡¡enhorabuena por la cantidad de visitas a tu perfil!!!
Cristina.
Muchas gracias, Cristina. La verdad que me he sentido bien compartiendo un poco lo que hay detrás de cada cuadro que pinto. Son muchas horas las que les dedico, pero hay cuadros que podría seguir pintando en ellos mucho más, pero llega un momento en que tengo que dejar los pinceles y empezar una nueva obra.
EliminarMuy interesante y muy bonito lo que has escrito, saber como va evolucionando tus cuadros hasta el final. Bueno, en tu caso no hay final!
ResponderEliminarEs increible el tiempo que dedicas a pintar cada cuadro y conseguir esos detalles que te hacen diferente, porque si hay algo que caracteriza tu pintura es que es diferente a las demás, muy especial. Enhorabuena.
Ana
Gracias por tu comentario, Ana. Siempre que empiezo un nuevo cuadro, nunca se como voy a acabarlo, todo el proceso lo voy haciendo sobre la marcha, por mucho que lo haya dibujado y tenga una idea más o menos clara. Es complicado explicarlo, pero ni siquiera los colores tengo decididos cuando empiezo a pintar.
EliminarPor eso, pintar me crea bastante desasosiego, pues hasta que no consigo tener avanzada una obra no estoy tranquilo, muchas veces me desanimo en este camino porque no consigo los resultados que me gustaría, pero al final, vuelvo a ello con más ímpetu. Quizá sea esta una de las cosas por las que mi pintura es diferente.
Otra pieza del rompecabezas donde nos ayudas a comprender la pintura y sus misterios. Con estos mensajes que nos dejas con tus entradas podemos acudir a museos y exposiciones con otra mirada.
ResponderEliminarMuchas gracias por este bonito comentario. La mayoría de las veces acudimos a exposiciones o museos con la esperanza de encontrar una obra que nos guste, y eso esta bien, pues siempre he dicho que la pintura o el arte en general lo importante es que te guste. Pero, no menos importante es tratar de entender lo que hay detrás, lo que el pintor ha querido expresar o lo que trata de decir en sus obras, el poder del mensaje.
EliminarPor eso, me ha gustado compartir algún detalle de mi proceso creativo, para que las personas que contemplen mi pintura sepan verla de otra manera.
Puro inconformismo ... ¿y no es, acaso, lo que mueve el mundo? Yo lo veo imprescindible, tanto como saber concluir, como bien dices. Es por eso que nos encantan tus obras, son una combinación armoniosa de ambas cualidades.
ResponderEliminarGracias Eduardo por compartir tus reflexiones.
Montse
Muchas gracias por tu comentario, Montse, haces una apreciación muy interesante al conectar el inconformismo con la conclusión de algo, en este caso una obra de arte. Y si, la verdad, si no fuéramos inconformistas no llegaríamos a nada, ni haríamos nada que mereciera la pena.
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