Viajar a Sevilla siempre se convierte en un auténtico placer, y más teniendo como aliciente añadido la visita a la exposición "Velázquez.Murillo.Sevilla" en el Hospital de los Venerables.
Cuando supe de esta exposición, me llamó mucho la atención la idea de unir obras de Velázquez y Murillo en una misma muestra, pues a mi juicio son dos tipos de pintura bastante distintos, tanto en la técnica como en la ejecución, como asimismo en la temática elegida. Tanto sus obras como sus trayectorias profesionales fueron muy diferentes. Por eso, sentí tanta curiosidad en ir a visitarla.
Desde el primer momento percibí que las 19 obras expuestas trataban de estructurar las posibles semejanzas que pudieran tener ambos pintores sevillanos en determinados momentos de su producción pictórica, sobre todo al inicio de sus respectivas carreras, consagradas en el incomparable marco histórico y artístico de la Sevilla del siglo XVII, que en ese momento era la ciudad más rica y cosmopolita del Imperio. Y también la posible influencia que Velázquez pudiera haber ejercido en el joven Murillo.
Si bien Velázquez pintó temas religiosos y de género con un estilo naturalista en esa primera etapa de juventud, una vez trasladado a Madrid y convertirse en pintor del rey Felipe IV, dejó de pintarlos. En cambio Murillo, afincado toda su vida en Sevilla, dedicará la mayor parte de sus pinturas a temas devotos, y a algunos cuadros de género.
Decir que me impactó profundamente el San Pedro penitente de los Venerables, de Murillo, expoliado como tantas obras de arte por las tropas napoleónicas en 1810, y de vuelta en España en 2014 comprado por Abengoa, que lo cedió a su Fundación Focus en Sevilla.
El prestigio de Sevilla se ve acrecentado con la obra de estos dos genios de la pintura universal en una exposición magnífica.