Puede decirse que la pintura es esencialmente un elogio de lo que se pinta. Por eso, a mi me encanta pintar cuadros de árboles, tratando de representarlos además con un cierto significado alegórico, desnudando al máximo la imaginación.
Con esta nueva obra lo que he pretendido ha sido captar la simbiosis que existe en los bosques, en el que la relación estrecha de todos sus habitantes contribuye a que funcione su ecosistema, ayudándose mutuamente. Y los árboles son precisamente un símbolo del equilibrio. Sin ellos, todo se viene abajo.
Desde la niebla del fondo, hasta la nitidez del primer plano podrás comprobarlo.
Y aunque podría seguir trabajando en esta obra, añadiendo y pintando nuevos detalles, creo que ha llegado el momento de dejar los pinceles y firmarla. Han sido varios meses de trabajo, y ahora, por fin, la veo prácticamente acabada. Llega un momento en que a las obras hay que abandonarlas para empezar otras nuevas.
Deja volar tu imaginación, adéntrate en este bosque, busca los detalles escondidos, aprecia la fuerza de sus colores,... y siéntete libre.
El bosque encantado II
Óleo sobre lienzo
54x73cm.
Algunas fotos del proceso creativo:
Todas las fotos están hechas con mi iPad