Estamos más que acostumbrados a convivir con las noticias funestas que nos recuerdan constantemente los estragos que las drogas están ocasionando en nuestra sociedad. Estragos que se magnifican con las crisis de ansiedad, depresión, falta de valores y fragilidad ante una sociedad agresiva que nos impone unas pautas de conducta que a veces son imposibles de sobrellevar. Así, surgen esos períodos tan temidos en las vidas de un sinfín de personas, publicas y privadas, famosas y anónimas, que hacen que se tome un camino tan equivocado como fatal, conduciendoles inevitablemente a una destrucción total física y mental, reduciéndolos a meros títeres cuyos hilos son movidos por la furia hambrienta y caprichosa de un destino que ellos mismos se han forjado, empujados por una constante búsqueda de algo que nunca llega a materializarse, una verdad que queda fuera de su alcance e impide alcanzar el tan ansiado equilibrio físico y emocional que les ayude a salir adelante, una verdad que se convierte en utopía.
La debilidad y un entorno agresivo y al mismo tiempo adulador, hace que sus vidas caigan en una espiral brutal que sólo es llevadera de la mano fácil y tentadora de la droga en todas sus sofisticadas variantes. Y el mejor caldo de cultivo para alargar sus tentáculos está en las grandes celebridades internacionales, sobre todo del mundo de la música.
Hace unos meses fue Amy Winhouse, hace unos días fue Whitney Houston. Dos auténticos monstruos de la música, dos mágicas voces irrepetibles, inigualables e inimitables, dos auténticas diosas de la canción, confeccionadoras de sueños, que hacían que su voz sonase como una melodía sublime, voz que conseguía provocar en nuestros sentidos un certero estremecimiento de emociones diversas que nos hacían apreciar y valorar mucho mas los buenos momentos que hay en la vida.
Es paradójico que sean precisamente estas mujeres con sus maravillosas voces, las que nos hagan apreciar lo que en realidad vale la pena, y que, al mismo tiempo,sean ellas mismas las víctimas de sus propias vidas. En estas líneas me gustaría rendir un profundo tributo a ELLAS, tanto en su nivel profesional como en el personal. En el primero lo alcanzaron todo, en el segundo lo perdieron todo. Para entenderlas perfectamente hay que unir ambas facetas, no se puede desligar la una de la otra. Su vida en el escenario suele ser un fiel reflejo de sus desengaños y desgracias en su vida personal, aunque traten de camuflarlo con todo el esplendor de luz y belleza que ellas poseen.
Que se puede decir de Amy, una voz poderosa con registros de contralto, una voz que era capaz de expresar un abanico de emociones desde el mismo momento en que aparecía en un escenario, un talento arrebatador que dominaba todo a su paso, dejando en la cima más alta géneros musicales que abarcaban desde el soul, jazz, rock y R&B. Una imagen realmente atrayente, a la que su peinado beehive le dio ese toque de personalidad cautivadora, un icono inspirador de la moda más actual y atrevida, dotada de una identidad arrolladora, que ganó todos los premios posibles,y que fue reconocida como la gran promesa de una música que estaba falta de imaginación y frescura. Su talento musical era excepcional. Pero su problemática vida personal la condujo a un callejón sin salida. Muchas veces me he preguntado si no había nadie lo suficientemente fuerte a su lado que hubiese podido darle ayuda en esos momentos tan críticos de su vida...pero no fue así, nadie supo ayudarla a tiempo, o quizá nadie supo entenderla y darle la ayuda que ella realmente anhelaba. Tu "Back to Black" sera eterno.
Para hablar de Whitney "The voice" hay que quitarse el sombrero, descubrirse ante este gran portento de la música y la interpretación. Una voz pura, fresca, excepcional, con registros de soprano, impactante en todos sus niveles, convirtiendo el soul y R&B en auténticas obras de arte, la cantante más galardonada de todos los tiempos, la que mayor número de discos ha vendido en el mundo, la que al salir a escena iluminaba todo a su alrededor, irradiando con un fuerte magnetismo un compendio completo de emociones difíciles de explicar. Su voz era mágica, portentosa. La historia de esa niña de 11 años con una voz angelical cantando en el coro gospel de la iglesia de su barrio se truncó a la edad de 48 años. Su turbulenta vida, marcada por una boda inadecuada, sus constantes coqueteos y recaídas con las drogas y el alcohol, hicieron que su voz se apagara para siempre un 11 de febrero. Su estrella brillará siempre entre nosotros, y su música seguirá deleitando nuestras vidas. Y como la letra de esa magnífica canción "One moment in time" cuando decías "...I will be, I will be free", ahora eres libre, ahora puedes volar libre hacía el cielo, Whitney Elizabeth Houston.
Margaritas Ebelgarle
"En vuestro honor"
No, no me lo podía creer, ¿pero qué está pasando con las Divas?, están todas desapareciendo...
ResponderEliminarAl menos quedará siempre con nosotros sus maravillosas voces.
Muchas gracias por este maravilloso tributo, me has hecho estremecer.
Interesante Edu, creo que el principal problema está en la personalidad de estas personas, que no son capaces de llevar las riendas de su propia vida, porque a veces es muy difícil para todos. Me gustaría saber si es mayor o menor el porcentaje de famosos/no famosos que mueren por culpa de las drogas. Ellos, también, con un poder adquisitivo alto tienen un fácil acceso a este mundo. Una pena que no podamos seguir disfrutando de su talento.
ResponderEliminarOne word: AWESOME! :)
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