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jueves, 15 de diciembre de 2016

La mirada de Boira

Eduardo Beltrán García de Leaniz / Boira

Llegó a casa con apenas cinco días, abandonada en un contenedor (¡cómo no!). La crié a biberón. Y creció segura entre esas manos que le daban calor y seguridad, estableciéndose entre los dos un vínculo indestructible. Todo su mundo giraba alrededor mío, nunca se separaba de mi.

El pasado mes de mayo cumplió 10 años, y durante todo este tiempo se ha ido convirtiéndose en una auténtica belleza de su especie, una gata leal, inteligente, valiente y de mucho carácter.

Y ahora, que ve que todo se está derrumbando a su alrededor, se ha convertido en extremadamente protectora conmigo. No soporta mis silencios, mis males, mis cambios, mis dolores, no quiere verme sufrir. Lleva muy mal mis ausencias obligadas, mis miedos, mis constantes enfados y mal humor, aspectos  que de un  tiempo a esta parte se han convertido en más que habituales en esta vida que es más que vida.

Se pasa todo el día detrás de mí, como alma en pena, saltando encima en cuanto tiene ocasión, como queriéndome transmitir su energía y su fuerza. Pero lo que más me conmueve es su mirada, sobre todo por las noches cuando me acuesto y me pongo a leer, y se sube y se coloca sin dilación alguna encima de mi, en el reducido hueco que queda entre el libro y mi cara. Se tumba de forma recatada y ronroneando me mira profundamente, sin apartar su mirada de la mía. Yo creo que ella sabe que lo esencial es invisible a los ojos.

No es normal que un gato te mantenga la mirada fijamente mucho tiempo, pues en su lenguaje esto significa desafío, pero ella lo hace, segura y confiada de a quien mira. Su mirada emite tranquilidad, serenidad, paz.

En esos momentos me vienen a la memoria lo feliz que era en la enorme terraza de la anterior casa, llena de plantas, donde ella solía tomar el sol, esconderse detrás de los enormes macetones de aucubas cuando regaba, trepar por el olivo o el prunus, pisar la nieve en invierno,... y atacar a las odiosas tórtolas que osaban posarse en su amada madreselva. En la nueva casa no hay terraza.

Cuando estoy en mi estudio pintando, se pasa horas y horas velando mis movimientos con los pinceles, curioseando los lienzos, los óleos, le gusta que la fotografíe con mis cuadros, hasta que se queda dormida, pero siempre con las orejas alerta detectando el menor ruido que yo pueda hacer.

Algunas personas que lean este artículo se sentirán asombradas, incluso abrumadas, con lo que escribo, y se preguntarán cómo es posible que existan unos sentimientos tan fuertes entre un humano y un gato. De seguro son personas que nunca se han dado la maravillosa oportunidad de tener en casa a un amigo gato o perro. Su incondicional lealtad, amistad y amor no tiene límites.

En fin, puede que la mirada de Boira consiga devolverme algo de esa emoción sosegada perdida hace ya mucho tiempo, ya que las esperanzas se apagaron. Porque no solamente se trata de ver, sino también de mirar.

Ahora mismo, mientras escribo, ella está tumbada en mi regazo, mirándome embobada, con las Variaciones Goldberg escuchándose al fondo...



Aprovecho la ocasión para alzar mi voz en defensa de tantos perros y gatos abandonados en nuestro país. Antes de abandonarlos piensa en la satisfacción de cuidarlos y protegerlos. Para ellos tu eres su héroe, su amigo, su mundo, y te darán tanta lealtad, amor, amistad, energía positiva, protección, bondad,... que te harán sentir una mejor persona y además reconocida. Sólo te necesitan a ti, y es bueno saber que unos seres maravillosos te necesitan sin pedir nada a cambio. No los abandones.




10 comentarios:

  1. Precioso, me has emocionado mucho!
    Vanessa
    W

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    1. Gracias, Vanessa, las personas que amamos a los animales sabemos apreciar bien el sentimiento y las emociones de los demás. No hay que olvidar que una persona que quiere y respeta a los animales es una persona que respeta y ama a sus semejantes.

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  2. Una descripción preciosa de tu gata, y de ti, aunque veo que no lo estás pasando bien. Cuenta conmigo para lo que necesites. La vida a veces puede ser figurillas, pero poco a poco se va superando, y más en una persona superpositiva y especial como tú. Un fuerte abrazo.
    Javier

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    1. La vida tiene esos cambios, unas veces arriba y otras más abajo, pero eso nos hace ver y valorar el momento en que vivimos, y saber vivir el ahora, no el pasado ni el futuro, y saber mirar las satisfacciones que nos produce el momento actual. Gracias por tu ofrecimiento de ayuda.

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  3. Qué bonita forma de describir a un gato, tantas personas que no lo comprenden, y tantas personas que se pierden la oportunidad de compartir su vida con un gato o un perro. Cero abandono.
    Ana

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    1. Tú lo has dicho, Ana, los gatos son los grandes incomprendidos, quizá por ese grado de independencia suya propia de unos seres que no les gusta ser domesticados a nuestro antojo, sino que conservan ese fino instinto salvaje de cuando eran libres, y que al mismo tiempo los hace tan especiales, es como tener un tigre en casa.

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  4. Maravillosa Boira. Y tus palabras, preciosas, llegan al corazón.
    Carmen.


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    1. Como siempre, muchas gracias por tu bonito comentario, Carmen. Cuando se escribe algo con sentimiento y sinceridad se puede lograr que llegue al corazón de personas tan especiales como tú.

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  5. Hola, soy Cristina , dueña de Mia. Dicen que los que vivimos con gat@s vivimos más años y con más salud. No sé si esto será verdad, pero vivimos muy bien acompañados en todos los sentidos y nunca te sientes sol@.

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    1. Gracias, Cristina, llevas toda la razón en todo lo que dices, los gatos son seres extraordinarios.

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